Perdón. Perdón por no haber sido eso que tú necesitabas. Por querer cambiar lo que eras. Perdón por ser quien fui para ti y no quien pude haber sido. Perdón por consentirte solo a ratos y por haber sido tan exigente en otros. Perdón por haberte dicho que no había cosa más bella cuando no eres la única a quien se lo he dicho, y probablemente no seas la última. Perdón por todo lo que no te puedo pedir perdón.
Perdón por lo último que te dije. Estaba tan lleno de resentimiento que olvidé suavizar mis palabras. Quería que fueran hirientes, que sintieras aunque sea un poco lo herido que me sentía. Ahora me doy cuenta que probablemente muchas cosas que te he dicho antes han sido hirientes sin darme cuenta. Así que perdón también por todas las veces que hable contigo durante nuestro tiempo juntos para decirte algo que no fuera recordarte lo maravillosa que eres. Tal vez tendría que pedirte perdón también por todos los años desde que nos conocimos.
Quiero que sepas que cada cosa que hice por ti, por mi y por nosotros fue con buenas intenciones. Ahora veo que fallé. Quiero prometerte que no volveré a suavizar mis comentarios, aunque probablemente sean los últimos. Tampoco trataré de que sean hirientes, tan solo que sean sinceros. Y no lo hago por ti, porque sé que no necesitas que haga nada por ti. Eso ya me lo dejaste claro. Lo haré por mi.
Aunque me lo hayas negado, no tengo la intención de quedarme con las ganas de decirte lo que no me permitiste decirte de frente. Perdón por no poder perdonarte la manera en que terminaste conmigo. Claramente somos muy distintos. Tuvimos que haber partido como empezamos. Conversando de frente sobre qué es lo que queríamos para nuestro futuro. Pero me negaste eso. Me negaste una explicación real y me negaste la oportunidad de dejarte ir con tranquilidad. Perdón por no poder perdonarte eso. Tal vez sea eso lo único que tengo para reprocharte.
Gracias por tu tiempo. Por las cientos de horas que pasamos juntos. Gracias por cada uno de los momentos, los buenos y los no tan buenos. Gracias por todos los desvelos y por tantos besos. Gracias por tantas muestras de cariño, aunque en este momento dude de la sinceridad de algunas de ellas. Aprendí mucho contigo y aprendí mucho por ti. Desde que me enteré de tu decisión sabía que era la correcta. Así que por eso también te doy las gracias, por haber sido más valiente que yo. Ojalá un día cambies de opinión y me des la oportunidad de decirte adiós a los ojos. Tus ojos bellos y tristes que me dejaron tantas veces ver dentro tuyo, aunque no tan profundo como me hubiera gustado.
La persona que escribió esa primera carta hace algunos años está perdida para siempre. Un día la persona que está escribiendo esta también desaparecerá y probablemente tú también. Ahora me voy. Me iré a encontrar a esa persona que quiero ser. Esa persona que puedo ser ahora que no estoy contigo. Ojalá un día tú encuentres a esa persona que quieres ser, o al menos sepas dónde encontrarla. Hasta pronto. Espero que la próxima vez que te encuentre no te odie ni te ame tanto.